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terça-feira, março 08, 2011

Johab - Olha - PV

Eran las 23­­:00 de la noche del domingo 16 de julio del 2005. Primer día en mi Escuela de Entrenamiento y Discipulado en Juventud con una Misión (JUCUM), San Pablo. Estábamos todos durmiendo, cuando nos despertamos con una fuerte voz que venía del pasillo del alojamiento. Abro la puerta del cuarto, encuentro un tipo moreno, flaco, vestido de chino, gritando que su fiesta de despedida había sido sensacional. Allí empezó nuestra amistad.

Su nombre es Johab da Silva, brasileño, paraibano de nacimiento y paulista de corazón. Un muchacho que tiene muchos apodos. En su iglesia es conocido como hermano Johab, entre los graffiteros y pixadores es el famoso Olha, para su mamá es Jo y para mí es el Trece. En San Pablo el número trece es sinónimo de un tipo loco.

Hace unos tres años que no nos encontramos personalmente. Debido a la distancia geográfica, Trece viviendo en los EE.UU. y yo en  Bolivia, la charla fue por Internet, la tecnología que nos hace sentir más cerca de nuestros amigos.

-         Hola Trece, ¿cómo anda todo por allí?

-         Bien Marquinho, trabajando mucho.

Johab es casado con Kaite, una estadounidense que conoció cuando estuvo en JUCUM Argentina y hace un año que descubre cómo es tener una vida de casado. Pero no ha perdido su alegría de joven, continúa siendo el mismo chico explorador y creativo como cuando era soltero. Explorador porque busca aventuras y novedades para su vida, y creativo porque es un artista con las pinturas y sprays.

-         Trece, ¿cuándo descubriste tu talento en el arte?

-         Empecé a dibujar temprano y me destacaba en las clases artísticas del colegio. En 1990 fui influenciado por la pixaçao. Crecí asistiendo a diversos grupos de pixadores que “destruían” el muro de mi casa. Después empecé a pintar comercios, donde desarrollé mucho mi talento. Así fue…

En San Pablo, Buenos Aires y en algunas ciudades de los EE.UU. es posible mirar sus graffites por las calles. En las salas de algunas casas de familias se puede encontrar sus bellísimos cuadros y en el mundo virtual de la Internet se puede apreciar sus páginas con fotos, videos e informaciones diversas.
Apasionado por el desafío de graffitar trenes, recordó una experiencia espectacular que tuvo. “Estábamos en Carapicuíba – SP, Gueto y yo, en la línea del tren. Ese día pintamos muchos trenes pasajeros y como fue fácil resolvimos volver la semana siguiente para hacer un whole car (coche entero). Tenía más de quince sprays nuevos y Gueto también tenía los suyos. Cuando empezamos a pintar, apareció un monstruo gigantesco (un policía ferroviario) y luego 15 más de ellos con palos corriendo tras de nosotros. Como mi mochila estaba muy pesada, la boté con mi dinero, con la llave de  mi casa y mi polera, solo saqué mi cámara fotográfica. Ese fue un día memorable.”
Johab Silva salió de Paraíba con su mamá y sus tres hermanas hacia San Pablo, después de que sus padres se separaran. Dijo que llegaron a la capital paulista sin nada. Empezaron a vivir en una casita alquilada donde sólo había un colchón, en el famoso barrio Jardín Elba.

-         Trece, ¿tuviste una buena infancia?

-         Sí Marquinho. Fue una infancia perfecta. Sólo no fue más perfecta porque no tenía a mi padre y me influyeron mis amigos más viejos. También sentía la falta de un hermano.

Aunque su infancia y adolescencia fue sin un padre, Johab no siguió el camino de algunos de sus amigos que se perdieron en el mundo del tráfico de drogas, sino que trabajaba en una panadería, donde recibía un el sueldo con el que ayudaba su madre.
Este aventurero no es solo pinturas y muros. También es un aventurero misionero.
“! Fue increíble ! Yo estaba en la línea del tren y sentí el deseo de ir a la iglesia. Pensé: “Hoy es el día”. Dejé a mis amigos con los trenes y me fui al templo cristiano donde mi mamá asistía. Mientras salía, mis amigos me decían que yo estaba loco. Ese día recibí a Jesús como mi Señor y Salvador. Que día más extraordinario… Mi mamá siempre oró por mí, Marquinho.”

 -         ¿Tienes un llamado misionero, verdad?

-         Sí, lo tengo. A la China.

-         ¿Por qué China?

-         No es por qué China, sino Dios decidió la China para mí.

-         Está bien Trece…

Johab Silva pasó 2 años en Juventud con una Misión, en las bases de San Pablo y Buenos Aires. Trabajó mucho en el evangelismo, artes, comunicación y discipulado. Tuvo experiencias maravillosas, pero también experiencias decepcionantes. Dijo que sus líderes de JUCUM San Pablo, su tiempo en JUCUM Argentina y el corte del sustento que tenía de su iglesia, le causaron desilusión.

Ahora está lejos de su familia, viviendo en una nación que tiene una cultura totalmente distinta de la brasileña. Este joven guerrero, que hace milagros con los sprays en sus manos, está fuera del lugar donde todo comenzó. Está lejos de sus amigos y de su familia. Por ironía de la vida, trabaja en una panadería, donde dice que llegó un nuevo jefe que se parece a Adolf Hitler, que es malo con los empleados y piensa que es mejor que los otros.

-         No sé como es vivir ahí Trece, ¿cómo se siente estando en un país tan monstruo como Estados Unidos?

-         Mira…en todos los países perdemos de un lado y ganamos del otro. Aquí con mis trabajos artísticos ya pude comprar algunas cosas que siempre soñé tener, pero extraño la libertad que tenía en San Pablo. Esa libertad ningún dinero me la puede comprar. Siento la falta de mi familia y de mis amigos. Estoy más seguro aquí, pero la vida en esta tierra es sólo trabajo, trabajo y trabajo. La gente es muy cerrada.

Trece tomaba su café brasileño mientras yo le preguntaba sobre sus planes para el futuro. Con tantas oportunidades que surgieron en esta nueva fase de su vida, me contesta diciendo: “Mi futuro está en las manos de Dios, pero eso no impide que yo planifique. Quiero llegar a la China, no sé si está lejos o cerca ese día, pero ya tengo buena parte de los materiales que necesito para desarrollar mi ministerio en esa nación. También quiero estudiar.”

Mi tiempo en el Internet  ya estaba terminando. Trece me mostraba sus nuevos cuadros y me decía que sus trabajos están cada vez mejores y el graffiti corre por sus venas.

-         Así es Marquinho, Dios, familia y calle…!así es y siempre será!

-         Belleza Trece, nos vemos otro día. Te extraño hermano, ¡é nóis! (siempre estaremos juntos).

-         También te extraño loco…

                                                                                                            Entrevista realizada en 12/2009

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